domingo, febrero 17

Pequeñas escenas de la vida posmoderna


Escena 1 - Intro: el Candy Bar está completo
La situación transcurre un jueves 14 de febrero en el 2º piso del Village Recoleta. Gente apurada porque empiezan las funciones de las 23 hs. Hago la cola para retirar mis 2 pochoclos de cortesía + 2 cocas para Cele y mis amigos Facundo y Nerina. Ante la imposibilidad de demorarme tanto tiempo en la cola, decido ingresar a la sala, para salir a mitad de la película, sin tantos compradores de pochoclos, y obtener mi merecido premio.




Escena 2 - El intermezzo
Luego de más de 1 hora de película decido que es un buen momento para hacer la compra, teniendo en cuenta la sequedad de mi boca y de las bocas de mis cinema mates. Salgo al pasillo y descubro que oh maravilla, no hay absolutamente nadie interesado en las palomitas de maíz. Bingo, pienso para mis adentros, y cerrando el puño en señal de victoria, me aproximo a la caja, claro está, sin sospechar lo que acontecería segundos más tarde.




Escena 3 - La elegía del cliente insatisfecho
- Martín (o sea, yo, un boludo sin anteojos): Sí que tal, me podés dar dos pochoclos dulces y dos cocas medianas? (Le ofrezco el ticket que avala mi pedido).
- Candy-man (o sea, un boludo púber con anteojos): Señor, en Candy Bar -y ahí me entero del nombre de ese lugar-, ya cerró.
- M: Cómo que ya cerró? Y cuál es el criterio? Hoy no pude comprar el pochoclo porque había mucha gente y ahora tampoco porque cerró! Cómo va a cerrar mientras están dando als películas? Te parece lógico?
- CM: Es que ya cerró.
- M: Sí, ya sé que cerró (bobo), pero a vos te parece lógico?
- CM: Cric... cric...
- M: Bueno no importa que haya cerrado. Dame los dos pochoclos de promoción (vale aclarar que estaban al alcance de su mano listos para ser entregados), te pago dos cocas, e ingresás la venta mañana, como una venta del día.
- CM: No estoy autorizado, ya cerramos la caja, y el ticket de promoción vence hoy.
- M: ¡¿Qué?! Y no podés darme dos cocas?
- CM: No señor, no estoy autorizado.
- M. (cada vez más nervioso): ¿Me vas a decir que no podés resolver ésto?
- CM (con cara de estoy feliz de ampararme en mi empresa y cagarle la vida a la gente): No no puedo.
- M (cada vez mas irónico): Ni siquiera tenés decisión sobre dos cajas de pochoclos?
- CM (cada vez más feliz): No Sr. Si quiere llamo a mi supervisor pero le va a decir lo mismo que yo. Es imposible.
- M: Mirá yo trabajé y trabajo en atención a clientes, y es una cuestión de voluntad resolverle los problemas a los clientes para que queden satisfechos. Ni siquiera podés tomar una decisión sobre dos pochoclos y dos cocas?
- CM (floreándose, con aires de cocorito): Ya tomé la decisión y es "no".
- C (ironicus in extremus): Está bien, seguirás barriendo el piso durante toda tu vida.
- CM: Problema mío.




Escena 4 - Moraleja:
No hay moraleja, fue una diatriba del tipo "lose-lose". Pero continuará....






-------- Fin --------








3 comentarios:

Luli dijo...

::

A veces cuesta aceptar que la decisión que tomó el otro es un NO para nosotros...

no?


Paseaba por blogs y me gustó la historia...
Saludos!

::

Luli dijo...

::

A veces cuesta aceptar que la decisión que tomó el otro es un NO para nosotros...

no?


Paseaba por blogs y me gustó la historia...
Saludos!

::

diamanteloco dijo...

Hola, muchas gracias! después miro el tuyo! Slds.