"El hombre es, podríamos decir, palo para cualquier cuchara, desde que nace hasta que muere está siempre dispuesto a obedecer, lo mandan para allá y él va, le dicen que se pare y se para, le ordenan que vuelva para atrás y él retrocede, el hombre, tanto en la paz como en la guerra, hablando en términos generales, es lo mejor que le ha podido ocurrir a los dioses, Y del palo de que fui yo hecho, siendo hombre, para qué cuchara servirá, siendo tu hijo, Serás la cuchara que yo meteré en la humanidad para sacarla llena de hombres que creerán en el dios nuevo en que me convertiré, Llena de hombres para que los devores, No es necesario que yo devore a quien a sí mismo se devorará".
El Evangelio según Jesucristo, Saramago.
miércoles, febrero 6
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