sábado, enero 26

Nostalgias del ayer > Epecuén






























Cuenta la leyenda que cacique puelche Carhué ("corazón puro"), enamorado de Epecuén ("eterna primavera"), se cura milagrosamente de una extraña parálisis al sumergirse en la gran laguna que formaron las lágrimas de dolor de su amada. Y cuántas lágrimas más iba a arrancar esta hermosa villa turística años después. Primero lágrimas de alegría, de diversión, de risas, de amores de veranos; luego lágrimas de desamparo, de casas inundadas, de ilusiones rotas y de sueños truncos.
¿Qué era Epecuén para nosotros, los chicos? Era el lugar de recreo y de diversión, que nos arrancaba el aburrimiento del pueblo lindero donde vivíamos -Carhué- durante la temporada estival, y lo era también para nuestros padres, y lo había sido para los padres de nuestros padres... Era “Oaxaca” la discoteca de moda, era el “Bim Bam Bum”, donde se tomaban tragos, era el “Hotel Azul”, era el “Hola ¿Qué tal?” el restaurante de moda, eran los carnavales de verano salpicados con la espuma “Rey Momo”.
La época dorada del Epecuén la vivieron nuestros padres, a nosotros sólo nos llevaron de chicos. Sólo tuvimos una decena de años para disfrutar, pero fue en aquella época donde los recuerdos quedan marcados a fuego en nuestra memoria y en nuestro corazón.
Nos habíamos criado a sus orillas y veraneábamos en este lago de agua salada todos los años, y salíamos de sus aguas blancos de sus salinidad, caminando por sus costas como robots escapados del set de star wars. ¡Y cómo nos gustaba! ¿Qué quedó de ese sueño de unos cuantos amantes del turismo? Sólo ruinas. El 10 de noviembre de 1.985 las aguas del lago desbordaron el terraplén improvisado por nuestros improvisados gobernantes, recibiendo el caudal de las “lagunas encadenadas” e inundando toda la ciudad en cuestión de horas, a razón de 50 cms. diarios. Para el ’86 la villa quedó cubierta bajo 4 metros de agua, y eran 10 metros allá por el ’93. Su gente estaba desesperada como en toda inundación, como en toda catástrofe, aunque indignada porque era algo que se sabía iba a ocurrir y que se podía haber previsto. Pero nuestros políticos, -ay nuestros políticos!-. ¿Qué más podemos acotar sobre la gente que nos gobierna, si somos nosotros los que los elegimos?...

De las primeras fotos polaroids de mi primer álbum, 4 son fotos sacadas en Epecuén, que por esas cosas de la vida, volví a visitar a finales del ‘07, 22 años después de aquella inundación. Y las aguas habían bajado, dejando ver parte de lo que fue la villa en todo su esplendor. A modo de museo al aire libre, todavía permanecen en pie los árboles muertos, las calles con su asfalto y sus cordones, parte de las casas, puertas de hierro, aberturas, techos de tejas, aljibes, baldosas, el enorme tanque de agua y el matadero, entre otras cosas. Ya no se ven el castillo y otras construcciones importantes, que el agua salada y el tiempo se ocuparon de desarmar.
Cómo explicar esa sensación de visitar un lugar que tanto había frecuentado de chico? Nostalgia es la palabra exacta, una mezcla de tristeza por lo que se había ido, y también de alegría, por lo que había resurgido, descubriendo los cimientos y los recuerdos de algo que fue hermoso. Como si la alegría de aquellos carnavales volviera a estar presente en sus calles vacías, en sus árboles recién podados pero petrificados por la sal, como si el tiempo se hubiese detenido por momentos, para que podamos recrear aquellos años de tanta felicidad. Sí, nostalgia fue lo que sentí. “La nostalgia (del griego clásico νόστος "regreso" y aλγος "dolor") describe un anhelo del pasado, a menudo idealizado y poco realista. La nostalgia es referida comúnmente no como una enfermedad ni un campo del estudio, sino como un sentimiento que cualquier persona normal puede tener. La nostalgia se puede asociar a menudo con una memoria cariñosa de niñez, una persona, un cierto juego o un objeto personal estimado”.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Me alegra que alguien comparta mis mismas inquietudes y dudas, pero más me alegra que algunas ya se hayan resuelto, espero que llegue pronto la solución para mi! Gracias por entrar a mi blogg!

Rubén Pinella dijo...

Martín, emotivo post. Me ha gustado.

Hay mucho material sobre Epecuén en la Internet y en las bibliotecas. Yo mismo tengo una importante cantidad de fotos hechas durante mi viaje por aquella zona en septiembre de 2006. Pero, imaginando que puede interesarte, te paso el link donde podés ver parte del trabajo realizado por un fotógrafo de mi ciudad, ya que él se ocupó del tema con gran dedicación, mostrando sus fotos en varios lados.
http://www.multimagen.com/portfolios/portfolio.php?portfolio=javilopez

Ah! Voy a agregar un enlace a este post bajo la foto de mi blog en la cual comentaste.

Saludos desde Tres Arroyos

Rubén Pinella dijo...

Creo que el enlace se corta en algunos navegadores, así que te lo paso en dos líneas.

http://www.multimagen.com/portfolios/
portfolio.php?portfolio=javilopez